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El templo del 20 de Julio destino turístico por excelencia

Por: webmasterlocal
Publicado el: Junio 2019

Antes de las siete de la mañana, la Iglesia del 20 de Julio ya recibe a una multitud de feligreses que acuden a la misa dominical para llevar sus plegarias. Mientras oran, los comerciantes en las afueras de la iglesia esperan que empiece el desfile para vender todo tipo de artículo religioso, rosarios, novenas, imágenes, palo santo, muñecos iluminados, plantas, flores y cualquier objeto que sirva de ofrenda para el Divino Niño.

La tradición comenzó en 1935 cuando el padre Juan del Rizzo, encargó la fabricación de la imagen del Divino Niño, en un almacen de arte religioso en la Candelaria. Desde entonces se reunen miles de personas a encomendar las plegarias que depositan en los objetos. Históricamente esta práctica se realiza desde las civilizaciones egipcias y mesopotámicas, donde se llevaban objetos que se ofrecían a las divinidades como promesa, plegaria o agradecimiento a los lugares de culto; estos objetos son llamados exvotos.

El catolicismo adoptó esta tradición y son famosas las peregrinaciones para colgar en los templos del mundo, los diferentes objetos como exvotos. 

Esta práctica sigue atrayendo a millones de visitantes a los 28 templos de interés cultural que hay en la capital bogotana. Pero es en la Iglesia del 20 de Julio donde los canastos estallan de muñecos iluminados y flores al pie de la imagen del santo. Los iluminados son muñecos de cera en forma de niños, niñas, mujeres embarazadas, brazos o piernas, incluso carros y casas que encarnan las peticiones. 

Del templo se destaca la torre en punta que se eleva sobre la plaza, repleta de devotos y comerciantes, sin embargo es en la capilla de la parte posterior en la que reside la imagen del Divino Niño Jesús. Para estas vacaciones San Cristóbal espera recibir al menos 2 millones de visitantes, para que acudan al llamado de la fe y depositen sus plegarias en un rito tradicional de la religión católica. Mas sin embargo si el destino turístico de interés no es religioso, la localidad ofrece opciones ecológicas como el parque ecológico de montaña Entrenubes o la ruta cultural con el Museo del Vidrio y la planta de acueducto Viltelma.