ALCALDÍA LOCAL DE SAN CRISTÓBAL Alcaldía Mayor de Bogotá D.C.

Usted está aquí

La importancia del río Fucha en la historia de Bogotá

Por: webmasterlocal2
Publicado el: Junio 2024
Crecida del río Fucha en el primer puente de San Cristóbal, 1920: Fuente Luis Pantaleón Gaitán

Indagación sobre el nombre El origen del nombre "Fucha" proviene de la lengua chibcha, que era hablada por los indígenas muiscas que habitaban la región antes de la llegada de los españoles. En su idioma, "Fucha" se asocia a la "piedra que da agua", con una raíz en la historia y la cultura de lo que fue la región. La palabra "Fucha" también podría derivar del término chibcha "fuchúa" que significa "piedra que llora" o "piedra de agua". La palabra río: xie: sie.

Según el libro Gramática de la lengua Chibcha de Ezequiel Uricoechea, escrito en 1871, la palabra Fucha esta referida así:
• Hembra, fuhucha: fucha.
• Mujer: muisca Fucha (fuhucha).
• La Eva chibcha, Bachue o Fucha cho que, la mujer buena, era una diosa también.
• Sue fucha, significa la mujer española, pero su fucha, quiere decir la mujer del español.
Este nombre “xie Fucha" refleja la importancia del río como fuente de agua para la ciudad y la conexión con la cosmovisión y el entorno natural de los muiscas.
El río El río Fucha es un afluente del río Bogotá que atraviesa la ciudad y a lo largo de su recorrido, el río ha sido significativo para la urbe, tanto en términos de abastecimiento de agua como en su importancia cultural, histórica y ecológica. Aunque ha afrontado desafíos ambientales como la canalización y ser vertidas en él las aguas negras, se han realizado algunos esfuerzos para su revitalización y conservación. El río nace en el páramo Cruz Verde, tiene una longitud aproximada de 26 kilómetros según los planos y atraviesa varios barrios de Bogotá, contribuyendo a la diversidad ambiental y al paisaje urbano de los sectores y barrios que atraviesa. A lo largo de su historia, ha sido un elemento crucial en el suministro de agua para la ciudad. Además, su importancia ecológica radica en su papel en la conservación de la biodiversidad y el equilibrio natural en el sector donde conserva sus características propias de un río. Sin duda, el río Fucha es un componente fundamental del entorno natural y cultural de Bogotá, afrontando los desafíos ambientales debido a la urbanización.

El río ha tenido una gran importancia en la historia de Bogotá. Originalmente, por su nombre se demuestra que era una fuente de agua importante para los muiscas, el pueblo indígena que habitaba un sector de la región antes de la llegada de los españoles. Durante la época colonial, el río fue borde fundamental para el desarrollo de la ciudad, en su ronda se ubicó por seguridad el Almacén de Pólvora Real, junto con algunas estancias que tenían molinos de trigo y por un tiempo se utilizó para actividades de baño, descanso y recreación que cambiaron por el de lavado de ropa y como lugar de extracción de gravilla y piedra. Sin embargo, a lo largo del tiempo, el río ha sufrido problemas de contaminación y canalización, lo que ha afectado su importancia histórica y su papel paisajístico en la ciudad. A pesar de experimentar momentos difíciles en sus diversos momentos con las basuras, los escombros, los animales muertos y la falta de preservación del entorno natural, el río Fucha sigue siendo parte integral del entorno bogotano y su recuperación es esencial para el bienestar ambiental de la ciudad.

El río Fucha ha tenido un papel crucial en la historia, registra en sus riberas las estancias de San Vicente, Santo Domingo o quinta de San José de Fucha, la estancia de Fucha o quinta La Milagrosa, La quinta de Santa Ana, La Hacienda de Ciudad Montes. Presenta sucesos como las corridas de toros, el lugar de paseos y baños, lugar de duelos o como la impresión del periódico Los Toros del Fucha que dirigió Antonio Nariño y las visitas de Simón Bolívar a la quinta la Milagrosa y la hacienda Montes. Ayer y hoy, ha sido una importante fuente de agua y vida para la ciudad y sus alrededores, fue utilizado como fuerza de agua para los molinos de trigo como el molino y harinera Andes y otros que existieron en el sector, además de ser utilizado para el riego de cultivos y el llenado artificial de los lagos desaparecidos de San Cristóbal y Luna Park. El río Fucha, también ha sido testigo del intento del cambio de su nombre por el de San Cristóbal, de la desaparición en su ronda de la famosa ladrillera San Cristóbal, del ocaso del Aserrío de Bogotá donde funcionó la Real Fábrica de Pólvora y la fábrica de ladrillo Calvo, qué se nutrían de la acequia también desaparecida, llamada Los Molinos, que llevaba agua al molino Tres Esquinas en la Hortua y la desaparición de sus piedras naturales, así como de la quebrada El Teñidero (Santa Catalina). Presenta un hermoso paisaje en su nacimiento y su boquerón, unas riquezas hídricas que lo rodean, en torno a la hoya del río conocida como Fucha – San Cristóbal, afluentes significativos como son las quebradas Laches, El Canal y Soche, que descienden de los cerros contribuyendo al caudal del río y desempeñan un papel crucial en el sistema hídrico de la región.

Las piedras confundidas del río en San Cristóbal Están presentes en toda la localidad, vienen de arriba del monte, son las piedras perdidas de las que lloró el agua.
Cantos rodados, son las piedras huérfanas ya petrificadas en el tiempo, de lo que fue el sector del valle del Fucha.
Son como papas duras en el territorio como la huella de algunos muiscas desaparecidos.
Son las muestras desenterradas de la tierra gredosa en la despedida de los viajeros en el sector de San Cristóbal. Bultos informes y duros por los que nos preguntamos algunos. De dónde salieron y aquí como llegaron.
Están presentes en muchos barrios, cómo si hubieran llegado rodando de arriba del monte.

Son las grandes piedras estorbosas y decorativas en los andenes, en las calles en que nos sentamos y jugamos de niños. Son testigos naturales de la tierra en el bosque urbano del sector y son a veces referentes de ubicación para reuniones de amigos Sirven de estorbo, de posadera de nalgas de personas cansadas o de montículo para amarrarse los zapatos. También sirven de escudo para las estrelladas de los carros y de orinal de perros que dejan allí sus huellas. Pero también sirven para trancar las puertas y los carros que se quieren parquear en el andén. Es la piedra que le saca la piedra al vecino por tenerla en frente y no en el río; pero es la piedra que salva vidas porque sirve en su frente de escudo. ¡Son las piedras extraviadas añorando el río Fucha que lloran huérfanas en SAN CRISTÓBAL! ¡

Por: Rubén Hernández Molina. San Cristóbal tiene memoria - ALS