Doña Mariela Celis Ibañez, de 62 años, hace parte del grupo de 230 huerteras y huerteros urbanos que prosperan en San Cristóbal, gracias a su estrecha relación con la tierra, aunque esta surgió de manera inesperada. Mariela recibió hace 12 años una noticia por parte de su médico, que significó un cambio completo en sus prioridades: su estado de salud física no le permitía volver a trabajar limpiando casas ni hacer alguna actividad que implicase actividad física intensa.
Ante esa nueva realidad, Mariela se enfrentó al reto de procurar su sustento y mantenerse ocupada, ya que siempre fue una mujer trabajadora, activa y preocupada por el bienestar de las personas, tal como la reconocen sus vecinos y amigos del barrio Las Amapolas, que bordea la antigua vía al llano. Y es que esa preocupación fue el terreno fértil en el cual, un día decidió sembrar la idea de recuperar un espacio deteriorado del barrio.
Así nació la Huerta El Palmar, que hoy es una de las más reconocidas en la localidad por su desarrollo y trabajo comunitario. No solo ha permitido a los residentes del barrio acercarse un poco a la dinámica del campo, sino que además ha servido para disminuir la delincuencia, la drogadicción y la contaminación en el territorio. “Esta huerta nos ayudó mucho en la pandemia, ya que pudimos sacar parte de nuestra comida diaria por meses y muchos vecinos aportaron lo que íbamos necesitando para mantener los cultivos, a cambio de recibir parte de nuestra producción que, aunque es modesta, nos permitió tener algo de tranquilidad en un tiempo tan difícil”, relató Mariela.
Germinando una vida distinta
Así fue como en 2011, Mariela y sus hijas se unieron con tres familias vecinas e iniciaron un modesto pero determinante sueño: obtener parte de sus alimentos gracias al suelo de San Cristóbal. Debido a su crianza en el campo, Mariela conocía algunas cosas sobre el trabajo de la tierra, pero sabía que era necesario capacitarse para hacerlo mejor.
Con la Huerta El Palmar dando sus primeros pasos, Mariela y sus vecinos acudieron al área de Ambiente de la alcaldía local, donde recibieron toda la asesoría y pudieron acceder a los procesos de formación que se ofrecen con el aval del SENA, además de entender la organización requerida para que la huerta urbana funcionara de manera amigable con el medioambiente, libre de pesticidas químicos e insumos que afectasen la tierra.
Este proceso, que tiene más de una década, ha permitido a vecinos y amigos de Las Amapolas disfrutar de uchuvas, moras, curubas, arracachas, acelgas, e incluso flores y algunas plantas de jardín que son fruto del esfuerzo conjunto, la disciplina y la unión entre vecinos, con el apoyo de la alcaldía local, expresado en recursos para hacer de las huertas una realidad sustentable. “Queremos que este sea un saber que pase de generación en generación, y es muy bonito que las familias se integren y trabajen juntas por la recompensa que es disfrutar de un alimento nacido gracias a las manos propias”, concluyó Mariela.
Las huertas crecen por toda San Cristóbal
La entrega de 230 dotaciones se realizará este viernes 11 de agosto en dos jornadas. Se entregarán 150 en el auditorio de la alcaldía local desde las 9:00 a.m., mientras que 80 más serán recibidas en el Parque Entrenubes, desde las 2:00 p.m.
El monto total invertido en el contrato 660-2022, para el fortalecimiento y manejo de agricultura urbana en la localidad es de 296 millones 164.577 pesos, los cuales abarcan en la implementación de acciones de agricultura urbana y la capacitación a 250 personas en técnicas y tecnologías agroecológicas, para la producción en huertas urbanas y periurbanas.
“La finalidad es crear huertas agroecológicas para la producción de alimentos orgánicos, plantas medicinales y otros subproductos que favorezcan el desarrollo de la economía local, la idiosincrasia, la disminución de la vulnerabilidad, el cambio climático, los ecosistemas y el aumento de la resiliencia sectorial”, afirmó Diego Mauricio Rojas, director del área de Ambiente de la Alcaldía Local de San Cristóbal, quien además reveló que la localidad ocupa el quinto lugar dentro de Bogotá, en número de huertas.
Los recursos de la alcaldía local se han destinado a la asistencia técnica presencial, el fortalecimiento y apoyo en la implementación de huertas nuevas y existentes, así como en el fortalecimiento de la red de agricultores urbanos y periurbanos, como espacios organizativos de gestión comunitaria e intercambio de saberes y experiencias.
En el marco del contrato 660 – 2022 se beneficiarán 230 huertas y 250 huerteros capacitados. Para el cuarto trimestre de 2023 se fortalecerá el desarrollo y sostenibilidad de 300 huertas entre nuevas, existentes, comunitarias, caseras, en espacios públicos y privados, con manejo agroecológico y capacitación a 400 personas.
El alcalde local de San Cristóbal, Juan Carlos Triana, reiteró la invitación a la comunidad para vincularse al programa y conocer la oferta de servicios de la alcaldía local, en favor del medioambiente: “Definitivamente, en este punto de la historia es determinante para el futuro que conozcamos métodos para asegurar alimento, proteger el ambiente y cuidarnos como especie para garantizar el futuro. Es por eso que priorizamos la capacitación y los programas de estímulo para que el verde de nuestros cerros se haga más vívido con pequeños pulmones de sostenibilidad en nuestros barrios”, puntualizó.
